Te contamos en esta entrada como trabaja un fotógrafo gastronómico en Madrid, todo un arte en la preparación de platos, dominio de la luz natural y retoque fotográfico.
El día a día de un fotógrafo de alimentos pueden ser muy variados, existen varios tipos de sesiones que pueden ser largas al requerir de una suculenta preparación de los platos en el restaurante.
En cambio algunos restaurantes apuestan por unas sesiones sobre la marcha donde la receta no es la protagonista de la escena, sino que se centran en lucir el producto.
Índice
La preparacion en la fotografía gastronómica
La mayor parte de tiempo de un fotógrafo de alimentos se pasa preparando las escenas, sesiones de fotografía y retoque avanzado.
También es necesario un previo contacto con los clientes para poder enfocar el proyecto con detalle y crear la atmosfera de iluminación adecuada.
En las sesiones fotográficas para restaurantes se encuentra un momento bueno para la realización, después de los servicios y disfrutado de la comida con todo el personal sin interferir en el ritmo diario, ese suele ser un enfoque que cuadra bastante los horarios por ejemplo.
La mayoría de fotógrafos gastronómicos eligen esta especialidad por su pasión por la cocina y porque no se trata de una mera fotografía, es un arte en sí mismo.
Los matices, texturas, colores y relieves aportan plasticidad a la fotografía gastronómica y ayuda a la creatividad del fotógrafo.
Suelen usar la luz natural para capturar la autenticidad de los platos sin artificios, pero reconocen que algunos proyectos requieren de otras herramientas para sacarles mejor partido.
Ventajas de la fotografía de alimentos en restaurantes de Madrid
Es uno de los medios que más pueden acercan a los clientes a la propia experiencia de degustarlo y un sinfín de aplicaciones prácticas como las redes sociales, marketing digital, imagen de marca, etc…
La mayoría de restaurantes no son conscientes el poder que tiene la imagen y la repercusión en beneficios que puede aportar los fotógrafos profesionales.
Los restaurantes que más provecho sacan a estas sesiones son aquellos que cuentan historias a través de sus platos, ponen pasión en su trabajo y realizan el encargo de un proyecto completo, más allá que el de un producto unitario aislado.
Gastrotecas y caterings, suelen ser restaurantes más pequeños pero que dedican mucho tiempo a la experiencia del cliente, a transmitir un mensaje.
Normalmente tienen poco tiempo para realizar fotografías gastronómicas y necesitan dedicar el máximo de tiempo a su actividad.
Un truco que transfiere confianza y cercanía es la incorporación de elementos humanos en la escena.
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